Cuando hablamos de técnicas de reproducción asistida siempre decimos; “me han hecho una FIV”, hablando en términos coloquiales, ¿pero sabemos lo que significa?
El termino FIV es una de las técnicas que se utilizan para fecundar el óvulo junto con el espertazoide, y otra de las más utilizadas es la ICSI. Ambas técnicas realizan el mismo procedimiento, pero realizándolo de forma diferente.
FIV o FIV convencional: es la colocación de cada uno de los óvulos (sin quitar las células que lo recubren, sin conocer su estado de maduración) obtenidos en punción, en contacto de una gota de semen previamente preparado. Es un proceso de fecundación natural. Uno de los espermatozoides, entrará en el óvulo y lo fecundará.
ICSI: Selección e introducción de un único espermatozoide dentro del óvulo mediante microinyección.

ICSI
- Necesita mucha formación por parte del embriólogo para realizarla correctamente
- Indicada para muestras seminales de muy baja calidad (concentración como movilidad)
- Óvulos que se ha realizado previamente una FIV y no ha habido fecundación
Favorable en pacientes con ovario poliquístico o endometriosis [Komsky-Elbaz A, 2012]
FIV
- Mayor fallo de fecundación (5-10%) [Mahutte NG, 2003]
- Fecundación más natural, con menor daño al ovocito
- Aumento de la fecundación triploide
¿Cuál es mejor?
Con la técnica de ICSI, las tasas de fecundación e implantación son mayores respecto a la FIV, Sin embargo, la tasa de embarazo es superior en óvulos fecundados mediante FIV.

¿Qué técnica es la más adecuada?
La decisión no es sencilla, va a depender de la causa de infertilidad, la calidad seminal y el factor femenino. Teniendo toda esa información, el embriólogo es el que debe tomar la decisión de cuál es la técnica más adecuada y con la que se va conseguir mayor éxito.
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